Sevilla.
Viernes Santo.
Último día soleado.
Entra la Macarena, entre un gentío,
todo ojos.
Algarabía de trinos de cornetas,
rítmicos golpes de tambor.
Sudor, azahar, incienso sin control.
Solícitos balcones de famosos ávidos
de miradas.
Gafas de sol, brazos al aire,
primavera.
Oros, platas, sedas, esmeraldas,
terciopelos, todo abigarrado.
Flores, ceras, cántaros, varales,
costeros, costaleros, trabajaderas, palios, candelerías.
Voces, “al cielo con ella”, “tos
por igual, valientes”, “poco a poco”, “derecha alante”.
Movimiento, aire, bamboleo, danza,
coreografía, baile, andares.
Saetas, desgarro de gargantas, vivas,
“¡guapa!”, promesas, esperanzas.
Recuerdos, tradición, lágrimas,
emoción, vida.
… a veces, más que la luna,
tiene interés y belleza el dedo
que señala.