Sin
saber cómo, he vuelto a pasear por las calles del viejo barrio.
He
vuelto a andar sobre mis pasos de otros tiempos.
Con
el alma triste, encogida, estoy buscando sin querer hallar.
Con
ansia de ver de nuevo y con el miedo al dolor que el tiempo deja.
Y
he visto mis frases descoloridas, promesas de otro día, varadas en la
orilla de tu río.
Y
he vuelto a estremecerme como aquella vez, zarandeado por la belleza
y el sentimiento.
Y aquí, bajo la luz mortecina en la esquina de los tiempos, he
rememorado a Elia repitiendo su mensaje una y otra vez.
"Aunque
mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba.
Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la yerba de la
gloria en las flores, no hay que afligirse. Porque la belleza siempre
subsiste en el recuerdo..."