La guerra se fragua en la retaguardia y se ejecuta en la vanguardia.
La razón está en el mando, la visceralidad en el frente.
En el despacho está el reto, la muerte en la trinchera.
...Y la estupidez vuela el escenario como buitre carroñero.
En la guerra no hay victorias,
solo es pausa para algunos
que pierden mientras los otros...,
coronados de laureles,
administran sus despojos.
A ti te digo, soldado:
¡No te dejes engañar!,
no seas arma arrojadiza
que otro ladino utiliza
robando tu voluntad.
¡Huye del frente, valiente!,
¡corre sin mirar atrás!,
ninguna guerra es tu causa
es su causa, nada más.
La injusticia derivada del egoísmo humano la aprovechan algunos para que ilusos engañados
se sacrifiquen en aras de su insaciable instinto de poder.