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28 de septiembre de 2019

Atrás

Desempolvando escritos pasados he encontrado uno que publiqué hace tiempo que titulé "Olvido".
Algún comentario vuestro, leído ahora, me señaló la incongruencia del título con lo expresado —un alarde de memoria y un verso suelto al final mal encajado. Me ha parecido oportuno modificarlo. A ver qué tal.


Olvido
(8-mayo-13)

Atrás queda el brote misterioso de mi fuente
y mi alocado juego de brincar por la ladera;
ya mi risa no salpica los riscos del camino
ni suspiran mi pasar los juncos de rivera.
¿Dónde quedó mi frescor que buscaran los ardores 
¿dónde enmudeció mi canto que embrujara las praderas?

Atrás queda el alto en el camino, vado, puente, sombra, yerba, 
descanso del caminante cuando baja de la sierra,
donde ofrecía mi frescor que aliviara sus ardores
para humedecer su cuello y su garganta reseca.

Atrás quedó aquel remanso, poza con fondo de arena, 
donde lavaban muchachas, donde bebían las ovejas,
donde nadan los zagales, donde los sedales pescan. 

No está el silencio nocturno que perfuman las adelfas
cuando pelaban la pava las ranas con las estrellas,
cuando las miradas duermen y los sueños se desvelan
y tú me entregabas tu cuerpo, desnudo, a la luna llena.

Atrás quedó todo eso; ¿ocurrió o lo imaginé?
Yo no lo sé..., ya no me acuerdo siquiera.

Ahora, ya... solo me queda la curiosidad del mar.

14 de mayo de 2019

Mayo



Un año más de luz dominadora.

Caminos de perfumes insolentes y azules encajes de bolillos que extienden como alfombra la sombra de estáticos árboles de siempre. 

Aguas saltarinas que bailan risueñas en las fuentes regalando promesas casquivanas.

Un corazón de filigrana; laberinto encalado hecho para perderse en el encanto, donde acariciar, de la mano del silencio, la estrecha cintura de sus calles serpentinas.

Dondeen un rincón cualquiera, te da los buenos días el arpegio mágico de una guitarra mora. 

O el arrullo gutural de un palomo en celo que señala el delantal de geranios que cuelga de un balcón, borrachera de colores que rebosa primavera. 

Celosías que ocultan miradas deseosas de piropos mientras bordan ajuares de ilusiones; pasiones guardadas que se escapan de los cuerpos.

Belleza, placer, ...vida.
Una vez más mayo de Córdoba.



11 de abril de 2019

Jonás



Llueve desde anteayer.
No ha salido, como otras veces, a recibir visitas; se ha quedado en mitad del camino imposibilitado, dolorido, en su intento de correr a saludar.
Jadea, finalmente, desplomado en la yerba húmeda.
La oscuridad no me deja ver su mirada de impotencia, de súplica, de afecto...
La infernal noche que traemos es un augurio; el relámpago ilumina su realidad final inexorable.
Su suerte está echada.

En la mañana le ayudaremos a marcharse definitivamente.
Un dolor común nos envolverá las almas, juntas por última vez.
Después... ¡nada!
Lo enterraremos en un rincón del jardín.
Y los otros deambularán buscando, desorientados.