Páginas

3 de noviembre de 2011

¡Cabrones!


(3-noviembre-11)


Estaba tendido en la camilla aparentemente inconsciente. En su brazo, acribillado por pinchazos de la droga, figuraban tatuadas las siglas COPEL (colectivo de presos en lucha). Era un preso peligroso condenado a treinta años por la violación y asesinato de una niña de once años.

Su respuesta a mi intento de explorarlo fue salir bruscamente de su estado y atacarme de forma inesperada. La rápida actuación de los policías que le escoltaban me libró de su violencia pero no de sus insultos y amenazas. Fue una auténtica odisea poder diagnosticar un proceso agudo y disponer la intervención quirúrgica. Su estancia hospitalaria fue un constante interferir negativamente en sus propios cuidados, amenazando al personal que le atendía. Tuvimos que consentir, contra costumbre, la presencia policial permanentemente a su cabecera. Al alta, respiramos tranquilos sabiéndolo encarcelado.

El suceso, ocurrido hace unos veinte años, lo he recordado al conocer la expresión, "¡Cabrones!", que se le ha escapado a una juez que juzgaba, en la Audiencia Nacional, a unos terroristas etarras acusados de homicidio del que hacían mofa. Durante aquella operación, mientras pensaba en la niña violada y asesinada, a mí también se me escapó la misma exclamación: ¡Pedazo de cabrón!; sin embargo, empleé todo mi conocimiento y experiencia en proporcionarle a aquella alimaña humana la posibilidad de seguir disfrutando su vida miserable.

Quiero argumentar así mi convencimiento de que los sentimientos de personas honestas y comprometidas con su deber social, como la juez, no impiden ejercer correctamente su cometido, actuando con la debida justicia y equidad. Mi comprensión y apoyo para la juez. Y a los etarras: ¡Pedazo de cabrones!, no os merecéis una justicia como la que os están proporcionando. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario