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16 de octubre de 2012

Virus políticos


La única obligación biológica del ser humano es la de mantenerse vivo para poder cumplir su objetivo: la trascendencia vital. Para conseguirlo, el individuo puede actuar en solitario —alimentación, por ejemplo— pero para otras actuaciones —caza, defensa, apareamiento...— necesita asociarse a sujetos semejantes. Esta beneficiosa asociación, paradógicamente, es contraria a su conducta natural —el egoísmo— que garantiza la obtención de lo necesario frente a los demás. Es el control de esas tendencias encontradas el que mantiene ese equilibrio inestable que llamamos sociedad y no hay duda de que la solidaridad —inteligente punto medio entre avaricia y largueza— es la fórmula final más idónea para conseguirlo.



Pero no siempre ha sido así. A lo largo de la historia, el hombre ha logrado imponer su egoísmo sobre la colectividad, para, dominándola, obtener su propio beneficio sin preocuparle los demás. Y ha empleado para ello tres procedimientos distintos:

1º.- La fuerza. Es la conducta natural que busca doblegar al colectivo por el miedo a la violencia. Su nombre convencional es “dictadura” y el protagonista de la acción es “el caudillo”. Su herramienta es la amenaza de emplear la fuerza física contra “el enemigo” que pretende resistirse. Su símbolo son los ejercicios militares y la exhibición cuantitativa y cualitativa de armamento. Suele durar lo que dura el caudillo o dictador.

2º.-El engaño. La oferta salvadora del miedo al sufrimiento desconocido, incontrolable e inexorable de la muerte. Se llama “religión” y su protagonista es “la iglesia” que emplea como herramienta el supuesto conocimiento y control de la divinidad (divino=oculto). Su enemigo es “el demonio” que, perversamente, conduce a los pecaminosos al sufrimiento al privarlos de la felicidad eterna que ellos “conocen y proporcionan”. Su símbolo es “dios”, ser abstracto personificado y tangible que obedece a su intermediación; domina el saber y el intelecto, es impermeable y se acomoda fácilmente a cualquier situación social. Dura mientras haya masa suficiente de ignorantes.

3º.- La pérdida de identidad. El miedo al aislamiento individual desconectando de un entorno físico y humano con el que comparte parentesco, vivencias y sentimientos. Es el “nacionalismo”, con un “el lider” — o “el mesías” —rememorando al nacionalismo judío— al que todos siguen. Su doctrina es la defensa a ultranza de la supervalorada singularidad de “nosotros” frente a supuestos enemigos, “ellos”, y su herramienta es la indignación o el “victimismo” por su supuesto ataque desintegrador. Su deidad es “la patria”, que engloba una tradición —“su historia”—, una enseña —“la bandera”— y un territorio nuevo o expropiado —“el país”—, por la que, si es necesario, ¡hay que arriesgar la propia vida!

  
Los tres procedimientos, que como virus políticos, permanecen enquistados en poblaciones desgraciadas a las que mantienen en una interesada situación de incultura y de miseria. Y pudiera parecer que han sido vencidos por el progreso científico y tecnológico, que los han erradicado las experimentadas constituciones democráticas, pero no es así: están silentes entre nosotros, saprofitan las entrañas de nuestra sociedad y solo esperan cualquier descuido defensivo, cobardes al fin, para infectar, solos o asociados, los pilares fundamentales del Estado de derecho de los individuos libres e, inoculándole su veneno amargo,  provocarle un fallo multiorgánico mortal de necesidad.

No nos confiemos, otras sociedades, comparativamente más asentadas que la nuestra, sufrieron la epidemia y desaparecieron dejando solo el recuerdo. 


6 comentarios:

  1. De acuerdo en casi todo, Luis, pero el tema es tan complejo y la sociedad actual (occidental y no occidental) está tan enferma que me parece que más de tres virus se han "colado" en su organismo. Por otra parte, los mismos que lo hicieron en otras hace muchos años. La propia creación del ser vivo que genera sus propias enfermedades y virus y que para su supervivencia debe matar (sea a vegetales, animales o humanos) ya dice mucho de la trascendencia vital como ley creativa.
    Un saludo.
    Julia

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  2. Este texto, y otros ya publicados, muestra tus preocupaciones socio-políticas; una faceta que me interesa tanto como la artística aunque ya dije que es esta última la que me enamora.
    Los virus políticos de este texto son reales, pero presentados de forma esquemática.La fuerza y el engaño, en nuestra sociedad occidental penetran en el cuerpo social a través de la misma democracia por lo que parecen menos virulentos y el organismo convive con ellos como algo natural.Las religiones ya no son el mayor engaño, sino la falta de ética de los políticos manipuladores de conciencias y compra de voluntades.
    En cuanto a los nacionalismos,diría que es una exaltación visceral de la patria o parcelas de la misma,frente a otras identidades; cosa peligrosa porque puede llegarse a un enfrentamiento, debido a que son excluyentes.Pero hoy día soy escéptica en cuanto a que se actualicen nacionalismos violentos.Hay intereses políticos, ajenos a los pueblos,que amplifican la voz real de estos.
    Como dices al principio, el hombre necesita asociarse para conseguir algunos fines y, lo que es más importante, para definirse como persona.Es a través de los demás que sabemos quién somos y cómo somos. Y toda comunidad se define también en su relación con otras,en simbiosis imprescindible.Basta el sentido común para ver esta relación.Una vez más, debemos desconfiar de los "líderes" que se valen de la pasividad de las masas en beneficio propio y de su partido.

    Un abrazo otoñal

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  3. Hola, Luís.
    Aparte de felicitarte por este texto y las inquietudes que en él demuestras, quiero felicitar a tu blog, que hoy cumple dos años exitosamente, ya que las lecturas han ido en aumento.
    No obstante,el mejor año del blog fue 2011 (54 textos).Este año estás perezoso, aunque destacan escritos como "La Voz","Soñar en amarillo", "Primavera,otra vez" y "Fantasmas" como mis preferidos.
    Me he dado una vuelta por todo el blog y noto una evolución en los temas.Añoro aquellos personajes como "El Santa",y los ambientes rurales(como "El Casino") que tan bien describes.¿Qué ha sido de esos temas y sus personajes?.Todos aquellos escritos me hicieron adicta a este blog.

    Espero que sigas alimentando este espacio y, con él, el placer de leerte.

    ¡Larga vida al blog!

    Un afectuoso saludo.

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  4. ¿Sabes, Romero? No me había dado cuenta del aniversario. La verdad es que hace tiempo que miro poco hacia atrás —tampoco hacia delante, todo hay que decirlo— pero valoro tu felicitación por lo que significa fidelidad a mis escritos.
    Nació —este blog— como vasija receptora de mis vertidos mentales buscando solamente la satisfacción personal de la expresión, pero, el compartirla con una serie creciente de lectores, despertó mi vanidad dormida y, ahora, también me satisface recibir el calor de vuestros sinceros y acertados comentarios.
    Creo que sí; el blog tendrá vida mientras tenga cosas que decir y e interesen a esta comunidad de pensamiento del otro lado de la pantalla.

    Un saludo a todos, con afecto.

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  5. Tampoco yo me di cuenta del aniversario. Feliz cumpleaños, Luis.
    Julia

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  6. Has hablado de los virus políticos, pero no de la vacuna.Hemos sido muy poco precavidos, creyéndonos inmunes, y no vacunándonos.Una vez infectados de los virus...es muy difícil librarse de ellos.

    Aparte de esto, me uno a la felicitación por haber mantenido el blog durante dos años, y te animo a continuar.

    Saludos

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