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24 de noviembre de 2012

No soy gregario.


No creo en los movimientos de masas;
en los que se disfrazan de sagrados objetivos,
en los que prometen paraísos que no tienen.
Ninguno es espontáneo, como dicen;
son fuerza adocenada por espurios,
son miseria que comercia con miseria,
son ladrones del dolor y de esperanza,
son arma arrojadiza a su pesar.
Por eso, además de escepticismo,
ante esas ONG,s subvencionadas
proclamo mi enérgico desprecio.

Sí creo en el individuo,
que, aunque, atávico egoísta,
busca asegurar su esencia y su existencia,
es capaz de sorprender con su conducta,
ser autor de la grandeza de compartirse,
de sacrificarse, de inmolarse por los otros.
Es la única esperanza, única mano
que puede sacarnos, uno a uno,
del lodazal social contaminado,
de esta basura en movimiento
donde grupos despreciables chapotean.  





5 comentarios:

  1. ¿Un autorretrato literario de tu pensamiento?.Me resulta difícil la oposición de creencias que proclamas.Creer en el individuo y ser escéptico, incluso contrario, a la asociación de ellos entre sí para fines nobles.Es algo así como decir que el hombre se corrompe al asociarse, cosa discutible.

    En el terreno práctico,hoy por hoy, estoy parcialmente de acuerdo contigo en que la estructura interna de casi todas las organizaciones, está corrompida.

    Saludos

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  2. Luis totalmente de acuerdo contigo... es verdad que el equipo hace mucho y entre todos podemos avanzar , pero el individuo es el crea ideas y ejecuta , me encantó muy bien logrado, un saludo cariñoso desde mi brillo del mar

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  3. En la primera estrofa te muestras muy taxativo, Luís, y no creo que tú seas así;tal como interpreto tu personalidad, eres más conciliador y capaz de analizar los varios aspectos de una situación.

    Aplicado a las personas,gregario sería equivalente a sociable; que le gusta estar con gente más que solitario, y eso no es negativo.
    Supongo que al proclamar "no soy gregario" te refieres a no seguir ciegamente las ideas de otros aunque la mayoría lo haga. Pero atribuyes al individuo aislado un poder que no tiene.Su fuerza para conseguir objetivos sociales y hacer frente a la injusticia, está en el grupo.

    Y, ¿no es una Asociación un conjunto de individuos?; de esos a los que tú reconoces capaces de conductas generosas, e incluso heroicas, por el bien colectivo.

    Recuerda los versos de José Agustín Goytisolo:

    "Un hombre solo, una mujer
    así tomados de uno en uno
    son como polvo,no son nada.
    (...)
    "Tu destino está en los demás
    tu futuro es tu propia vida,
    tu dignidad es la de todos".

    Nuestra democracia es muy imperfecta y la mayoría de las organizaciones no son fiables,porque los individuo que la forman han perdido los valores necesarios para la convivencia.Es el individuo que debe regenerarse.

    Un abrazo.

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  4. Este texto me parece algo "rousseauniano"¿Cómo se puede creer en el individuo y no en la asociación de los mismos?.
    Creo que lo discutible no son las organizaciones en sí, ya que el hombre es sociable y necesita de los demás, sino la estructura jerarquizada que se da; se crean burocracias con intereses propios que sustituyen los intereses colectivos y se limita la libertad individual por la llamada "disciplina de partido", que no es otra cosa que someterla a los intereses de la burocracia y líderes corruptos.En este sentido,coincido contigo.

    Pero "la unión hace la fuerza" y solo se consiguen cambios sociales actuando conjuntamente.El individuo lo es todo en su vida privada, pero en la sociedad no es nada como elemento aislado.Su destino está ligado al del conjunto. Lo que debe cuestionar es la estructura jerarquizada de la Asociación.

    Saludos.

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  5. Luis Vázquez Márquez9 de diciembre de 2012, 18:50

    Sí. Parece una contradicción creer en el individuo y no en su propia asociación. Es un recurso literario que he utilizado para escenificar dos formas de comportamiento humano. El hombre, capaz de genialidades y de miserias, necesita para éstas el concurso de otros; gente que sigue ciegamente consignas que no entiende o que, engañados con eufemismos que esconden valores morales elevados —patria, libertad, justicia, divinidad, caridad...—, se prestan a secundar intereses espurios.
    Ellos, los gregarios, son la base de los sin escrúpulos. Sin ellos, dice de La Boetie, la perversión no es nada.
    Uno de mis lemas favoritos es: “Si no hubiera ovejas no habría pastores”. Creo, pues, en el individuo como capaz de lo excelso, pero desconfío de los cantos de sirena de los movimientos de masas (más cuando me ofrecen una cuenta corriente donde depositar, no mi saber o actuación, sino mi dinero).

    Un saludo colectivo.

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