27 de octubre de 2010

Claustrofobia



La puerta se cerró y se encontró solo en la densa oscuridad. Creía estar preparado para soportarlo. Solo sería un cuarto de hora y todo estaba controlado. Se mantuvo tranquilo y expectante al principio, pero la inmovilidad y el lento discurrir del tiempo fueron minando su fortaleza. Pronto sembró cizaña la duda y la desconfianza generó angustia. No tardó en llegar la desesperación...después el miedo...más tarde ¡el terror!

Cuando estaba a punto de gritar se abrió la puerta de la cápsula y, despreciando la luz cegadora que la multitud de focos le alcanzó sin piedad, sus ojos ansiosos, atisbaron el alba que rompía en el horizonte del desierto de Atacama.

Cayó de rodillas y, con llanto entrecortado, sentenció:
    -” Nunca más bajaré a la mina” .




3 comentarios:

  1. Un breve relato que me trasmite la angustia del minero atrapado en la mina.
    Tengo un amigo virtual que vive en el desierto de Atacama y me habla de ese árido,pero fascinante paisaje;de la vida de los mineros, de la dureza del clima, etc.
    Al leer su relato, he integrado en él estos elementos y he sentido lo que significa esa oscuridad y las luces cegadoras del posterior rescate.

    Me gusta su estilo.
    Y voy a aprovechar para decirle que, comparando los escritos primeros, con los que usted ha escrito últimamente, me parece que su forma de expresarse va perdiendo frescura; se va haciendo demasiado densa y extensa.
    Creo que ya le he dicho, en algún comentario, que opino que usted es fuerte en estos relatos breves en los que sabe manjear muy bien la poética de las emociones.
    Saludos amistosos.
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  2. Disculpe; se me olvidó decirle que sobra el acento en claustrofobia (aguda, terminada en vocal).

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  3. Me equivoqué en el anterior comentario: quise decir: palabra llana, terminada en vocal.
    Lo siento.Ya ve que yo también me equivoco.
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