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31 de julio de 2011

Telediario

Políticos, políticas, frases manidas, mentiras vestidas de modelos exclusivos y trajes de sastre con corbata a juego, lacayos a sueldo público abriendo portezuelas blindadas de coches especiales, saludos de militares hacinados y ociosos por falta de guerras, alfombras y flores para enmarcar sonrisas viejas de caras viejas, gentecilla ridícula que se cree imprescindible...
—¡A comeeer! —oigo, desde el comedor mientras veo el telediario.
Me dispongo a apagar el televisor y... ¡otra patera en Almuñecar! Esta vez no dan imágenes de la Cruz Roja asistiendo a los inmigrantes en el muelle sino de la Guardia Civil que los ha sorprendido al desembarcar en una playa desierta; han estado a punto de conseguir su objetivo... ¡pero los han trincado! Son todos varones negros del Africa profunda y marginada, todos jóvenes, ...¿todos?, no: hay un hombre maduro de edad imprecisa —¿cuarenta?, ¿cincuenta años?—, de pelo ensortijado, ya canoso, y pupilas con bordes de ceniza por incipientes cataratas; se arrodilla, tiritando, tratando de asir la mano de un guardia y llevársela a los labios; llora al suplicarle con las únicas palabra que se sabe: “trabahar, trabahar, trabahar, no malo”.

Apago la tele y ando como un autómata, me esperan los míos en la mesa. Me ven llegar con ojos llorosos y me preguntan sorprendidos. Y no sé qué responder, ...no sé responder...
—No tengo apetito —solo acierto a decir.

10 comentarios:

  1. Hola, me permito decirte lo que en este relato sobra. Es una opinión subjetiva, por tanto, osada al ponerla en tu blog.
    A partir de "A comeeer" me gusta mucho. La mezcla que haces de una realidad cotidiana con tu familia a la hora de la comida, careada con el emigrante visto en televisión y la emoción que ello te produce; me ha gustado mucho.
    Realidad de otros con tu propia realidad, ¡lo bordas!
    Un saludo.
    X

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  2. Tiene usted razón X. A última hora cambié el título del minirrelato sin darme cuenta que, con el cambio, la primera parte perdía sentido.
    Lo he vuelto a bautizar como originalmente: Telediario; a ver si así...

    Saludos cordiales.

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  3. ¿Por qué cambiarle el título? ¿acaso con eso el problema desaparece?. Nada sobra en este relato y por supuesto que es una opinión subjetiva y no tiene por qué ser de otro modo.
    Creo que la mejor manera de estropear el apetito de una persona sensible es ver antes de sentarse a la mesa lo que la televisión nos trae, ya sea esto un terremoto en Turquía, una inundación en China o una balsa llena de inmigrantes.
    Hay varias maneras de enfrentar el problema de los inmigrantes, una es poner un muro infranqueable, que mantenga lejos de nosotros aquello que nos incomoda. Otra manera es abrir las puertas de par en par. La primera solución nos haría ver como seres insensibles al dolor ajeno, la segunda pondría en peligro la sociedad en que vivimos, arriesgaría nuestra seguridad y perjudicaría la economía. ¿Dónde están entonces las soluciones intermedias? He ahí el problema, encontrar una solución que permita al mismo tiempo tranquilizar nuestras conciencias y conservar lo que tenemos, en un hipotético equilibrio.
    Ahora, las opiniones pueden ser de todos los colores, lo difícil será dar una que sea completamente honesta. ¿Por qué? porque todo será del color del cristal con que se mire. Si alguien es de los que se ponen de rodillas para decir que aman a su prójimo como a sí mismos, ¿cómo podría negarle la posibilidad de vivir a un inmigrante?
    Está bien, que entre, pero si el inmigrante pasa a formar parte de la carga del Estado y ese mismo alguien es el que paga más y más impuestos para mantener esa carga, cuando la carga se haga pesada ¿seguirá amando a su prójimo con la misma intensidad?. Si un hijo de ese alguien no encuentra trabajo porque un inmigrante ocupó la plaza con un salario menor, ¿seguirá pensando que los inmigrantes deben seguir entrando?.
    Yo creo que la verdadera y única solución al problema es eliminándolo de raíz, que los inmigrantes indigentes dejen de existir, y dejarían de existir si sus países fueran capaces de sustentarlos, si en su propia tierra pudieran encontrar los medios de subsistencia, para no tener que moverse del lugar al que pertenecen.
    Pero la economía mundial es manejada de muy extrañas maneras y da la impresión de que hay sectores empeñados en mantener áreas del globo en un estado de miseria permanente y es demasiado el poder que tienen las industrias que ganan más dinero con la muerte que con la vida. Es más rentable vender fusiles que construir sistemas de regadío. Lástima de mundo y tremendo problema de conciencia el que tenemos...

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  4. Jenofonte, no puedo estar más de acuerdo contigo en cuanto al tema; pero, humildemente, sigo pensando que, en la forma, sobra el primer párrafo porque:
    1, El tema es, ahora, el telediario y en él se ha apresado a una patera.
    2. El autor nos hace ver las escenas de la televisión, las contrapone a su realidad.
    3, Nos muestra sus sentimientos.

    ¿Qué "pintan" aquí las opiniones del autor sobre los pòlíticos? No es el tema del relato.
    Si en lugar de introducir lo narrado, lo hubiera enlazado a él, encarando su propia realidad, la de ellos y la de los inmigrantes, hubiera tenido sentido; así, no.
    Por favor, disculpad mi intervención, no quiero ser ofensiva pero pienso que un foro de literatura debe servir para aplausos y objeciones.
    Un saludo.
    X

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  5. El relato trata de mostrar una reflexión ante la emoción que le provoca al autor la escena de emigrante apresado:
    1.- No es la oportunidad de mejorar, de prosperar, de aprovechar, de exprimir, de delinquir lo que busca ese inmigrante, sino la posibilidad única de persistir, de vivir, cuando se le han agotado todos los recursos. Esa posibilidad abortada le obliga a humillarse entregando lo más noble de su ser, (me hace llorar).
    2.- Contrasta con el boato innecesario e incompetencia manifiesta de los llamados a corregir esas injusticias sociales, (me llena de resentimiento).
    3.- El bienestar personal y familiar que me rodea en la comida me hace sentir inútil, conformista y, en cierto modo, colaborador pasivo de esa injusticia, (ambigüedad, perplejidad, autocensura).

    De todas formas, soy de la opinión que si el autor debe explicar lo que quiere decir es que no ha sabido decirlo (también autocensura).

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  6. Luis, espero que no te molestes, te hago objeciones literarias; de forma, no de fondo.

    Si quieres encarar tu propio bienestar y el de los políticos con el del immigrante...¡hazlo!
    Como tejiste tu malestar al ir a comer después de ver al hombre inmmigrante en la televisión, igual que me hiciste emocionar acompañándote en ese escozor en el alma que sentí al leerte, suscita esa indignación contra los políticos, no seas tan explícito. Hila esas frases que me hagan revolverme contra ellos.

    Un saludo.
    X

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  7. A mí no me sobra nada. Precisamente, en breves líneas, presentas dos mundos: el de la opulencia, con su banalidad,su desidia y su prepotencia, y el de la necesidad extrema; el de quienes arriesgan su vida en viajes de supervivencia.
    ¿Cómo no sentir un nudo en la garganta? ¿Cómo sentarse a una mesa bien surtida tras ver esas desgarradoras imágenes que tan bien describes?
    Una parte del mundo, sobrealimentada y otra gran parte hambrienta.
    Comparto tus sentimientos, Luís, y me emociona que te muestres así.
    El cambio de título no lo veía necesario, pero éste tampoco me parece mal.
    Un abrazo.
    Fany

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  8. Hola, X. Yo sí veo relación con el tema el primer párrafo, porque, como dice Luís,contrasta el mundo oficial con su boato, inmerso en otras "preocupaciones" ,con la situación de los inmigrantes, a la que no saben dar una respuesta.

    Pero, como dices, aquí estamos para opinar según nuestro criterio, aunque al autor o a uno de nosotros no nos convenza.No creo que tengas que pedir disculpas. Tus opiniones, coincidentes o no con las mías, siempre son bien recibidas por mi parte y no dudo que por la de todos.
    Saludos.
    Romero

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  9. Yo estoy deacuerdo con Jenofonte, en la forma y en el fondo. Suscribiría tus palabras una a una.
    En la opinión de cada uno está la libertad de todos.
    Un saludo.
    Pepe Herrera.

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  10. LUÍS DICE: "De todas formas, soy de la opinión que si el autor debe explicar lo que quiere decir es que no ha sabido decirlo (también autocensura)"

    Muy de acuerdo en que el autor no tiene que explicar qué quiso decir.Él escribe según su percepción y sentir de las cosas, y los lectores lo interpretamos desde nuestro punto de vista; el mismo escrito tiene lecturas diferentes para cada lector, y eso no debe querer decir que el autor tenga que modificarlo para adaptarlo a la opinión o interpretación de los demás.
    Creo que el primer párrafo es sugerente;permite al lector situarse.Es interesante dejar algo a la imaginación después de sugerir.
    Cosa distinta son las objeciones en cuanto a la forma; que, solo si el autor las considera pertinentes,pueden hacerle modificar su escrito, como ha hecho con el título.
    Encuentro algo anodino el cambio."Inmigración", es la palabra que contiene plenamente el tema del escrito, sobre el que se intenta centrar la atención y el sentimiento del lector.
    Saludos
    Romero

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