Páginas

12 de diciembre de 2010

Eutanasia

Pase, pase... y siéntese, por favor.
Verá..., he visto el anuncio y...
Sí, nos dedicamos a practicar la eutanasia.
Entonces, ustedes...
Estamos profesionalmente capacitados y oficialmente autorizados para transportar a nuestros clientes al otro lado del abismo como dice nuestro lema: con rapidez, eficacia y precio asequible. Precisamente estamos en fase de promoción y regalamos una grabación del proceso al familiar más próximo.
Bueno, pues... yo vengo a que me eutanasien. Usted me dirá cómo va ésto.
Es fácil, déjese llevar: Como paso previo y según exige el protocolo oficial, debemos disuadirle de su propósito; no se preocupe es puro trámite... Vamos a ver: ¿Por qué ha tomado esta decisión?
Pues le diré: Llevo un año jubilado y, hace unos días, el gobierno, haciendo caso a las presiones de Europa, ha retrasado la edad de jubilación tres años. Todos mis amigos y colegas siguen currando y me encuentro solo. Como estoy sano y me siento con fuerzas todavía, he solicitado reincorporarme en mi empresa, aunque sea sin sueldo, pero no lo han aceptado. En la Universidad Intergeneracional sólo hay viejos dormitando y en el IMSERSO debes tener recomendación para viajar; además te hacen bailar “ Pajaritos por aquí, pajaritos por allá, pim pam, pim pam”. No veo la televisión, porque ya no me excito y, como hablan sin saber y todos a la vez, no me entero de nada de lo que dicen. ¡Estoy desesperado!
Pero, ¡hombre!, algún quehacer interesante que le anime a vivir tendrá usted.
Eso pensé el otro día, cuando le oí a Vargas Llosa que, para él, escribir era vivir. Con cierta ilusión me puse a la tarea y me salió un cuento. Se lo enseñé a mi parienta y le gustó. Me sugirió que lo publicara en internet y así lo hice. Bueno, bueno, bueno..., ¡me dieron hasta en el carnet de identidad! Era lo único que faltaba para mi total hundimiento moral, así que mi decisión es irrevocable.
Bueno, entonces firme aquí. Es el “Consentimiento informado” que nos exime de responsabilidad legal.
———————————

...Y, ahora, ¿cómo quiere que lo liquidemos, perdone el lenguaje coloquial.
No sé..., me coge desprevenido. Como es la primera vez...
Tenemos varias formas para satisfacer los gustos más diversos. El método clásico consiste en asestar un golpe seco entre ceja y ceja con una llave inglesa del nº14; es efectivo pero reconozco su rudeza. La clavada del cuchillo jamonero en la región interescapular tiene fama; lo han llevado al cine en múltiples ocasiones, pero su efectividad no es total y, claro, puede ser molesto. El corte de muñeca en bañera de agua tibia es todo un placer; tiene el inconveniente que siempre queda resto de sangre y, por tanto, conlleva peligro de contagio de un hipotético sida a futuros clientes.
Yo siempre aconsejo el veneno; ¡es tan novelesco, arrogante e intelectual...!
¡Hombre!, puestos a escoger, me haría ilusión irme al otro barrio oyendo sin parar y a toda pastilla “¡Atención, amigo conductor!”, de Perlita de Huelva.
Lo siento pero ese procedimiento no está homologado.
Pues yo quiero “diñarla” así.
Pues aquí no, caballero. Este es un sitio serio y no vamos matando a la gente de cualquier forma. ¡Sólo faltaría que hubiera que ejercer la eutanasia como a la gente se saliera de los cojones!
Entonces adiós.
¡Vaya usted con Dios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario