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29 de diciembre de 2010

Lentamente...

Hoy he bebido por última vez el vino de la vida,
lentamente,
a la sombra,
debajo de la parra donde ya estuvimos.
Y he jugado a lidiar el toro negro de mi muerte,
con capote de seda y manos bajas,
lentamente,
emulando lo de Curro, lo de Paula o a Morante de la Puebla.

Y, entre los olés de un tendido imaginario,
te he tomado de la mano
y hemos remontado juntos al cielo de los tiempos,
y hemos planeado como águilas reales,
lentamente,
y, lejos de las cosas de la tierra,
nos hemos vuelto a amar apasionadamente.

Y, después, nos hemos abandonado al viento de levante
que nos lleva hasta el ocaso donde
las almas gemelas esperan,
pacientemente,
la llegada del día del paraíso. 


1 comentario:

  1. Para comentar "lentamente" este poema, como creí que podía hacer al leerlo,tendría yo que "lidiar algún toro negro",no de la muerte, sino del recuerdo, con riesgo de que me empitone.

    Aparte de esto, me gusta esa mezcla de pasión taurina y de pasion humana. (algo más la humana).

    Saludos.
    ^^^^

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