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30 de junio de 2011

La luz eléctrica

En mi pueblo, hasta hace bien poco, no había luz eléctrica. Tampoco era de imperiosa necesidad pues todo lo que había que hacer de provecho se hacía de día y la noche era para el descanso y la intimidad en el hogar.

En lo oscuro nos alumbrábamos con velas, lámparas de aceite —el candil de latón, el más usado por su fácil porteo—, el carburo que da una luz más blanca e intensa aunque es difícil de manejar y peligroso por la posible explosión del gas comprimido, o el quinqué de alcohol o petróleo, con el que era corriente alumbrarse durante la cena y la conversación posterior, alrededor de la mesa de camilla. Y, distribuidas por la casa, como referencia en las levantadas nocturnas para hacer aguas menores, las mariposas, que alumbran ininterrumpidamente estampas de santos, de la patrona o la vitrina portátil de la Virgen del Carmen.

Eran luces débiles, amarillentas, inquietas... «que producen sombras que se mueven, / que semejan fantasmas que te acechan, / que son el escenario de los cuentos / que narran los mayores cuando cuentan / y aleccionan del peligro de los malos / e inducen a los niños a que se duerman».
«—Soy la Zaragutía, que canto de noche y duermo de día —representaban con voz engolada y tenebrosa.
—¡Ay, mamaita mía, ¿qué será? —imitaban al niño.
—Duérmete, niño mío, que ya se irá —hacían de madre.
—¡No me voyyyyyy, que detrás de la puerta estoyyyyyyy! —repetía la voz asustadora».

Los niños aparentaban dormirse, haciendo caso del mensaje, pero la realidad era que el miedo los espabilaba y, cuando se dormían por fin, soñaban pesadillas.

Pero a lo que los niños tenían auténtico pavor era a la “marimanta”, un fantasma real que, desde tiempo inmemorial, vagaba por las calles del pueblo durante la noche. Pocos confiesan haberla visto pero los que sí lo hicieron la describen como una sábana que anda, con un farol que le alumbra el camino, se desliza sigilosa, pegada a las paredes, como escondiéndose de posibles observadores y, de pronto, desaparece entrando por una puerta o ventana abiertas. Cuando salía la “marimanta”, al día siguiente todo el mundo estaba enterado del acontecimiento y, curiosamente, comentaban de manera jocosa el itinerario que había seguido, la casa donde había entrado e incluso alguno se atrevía a especular también de la que había salido. ¿Por qué la gente mayor se ríe y no le da miedo estas cosas?

Desde hace un año hay electricidad en el pueblo. El alcalde ha instalado un generador que la produce en un cobertizo que han hecho junto a la laguna. La gente le llama “el motor”, porque es más genérico y es el único que tenemos y como apellido le ha puesto el nombre de la persona encargada de manejarlo: “el motor de Robustiano”. Es un conjunto de piezas metálicas que, por combustión de gasóleo, acciona una pequeña rueda que gira rápidamente. Y ella, mediante una correa de cáucho, transmite el movimiento a otra más grande, a varios metros de distancia, que es la que produce la corriente eléctrica. Es todo un acontecimiento para los vecinos de todas las edades verlo funcionar al atardecer. Nos parece sobrenatural que el aparato pueda andar solo y admiramos a Robustiano que, sabiéndose observado y sintiéndose superior en el oficio, maniobra vigilando los detalles, engrasando aquí y allá y secándose el sudor con un pañuelo sucio que guarda en el bolsillo del mono azul, junto a llaves y alicates. Los remaches metálicos de la correa, tantas veces reparada por rotura y dificultad de reponerla, al pasar por las ruedas, aportan un ritmo divertido al sonido acompasado del motor.

Ahora, todo el vecindario tiene luz. Cada casa dispone de una sola acometida que debe conmutar si quiere iluminar más de una estancia. Solo la gente rica, que es la que contribuye al mantenimiento del motor y al abastecimiento de gasógeno, tienen más de una. Y hace alarde de ello abriendo las puertas y ventanas y mostrando orgullosa las habitaciones iluminadas por lámparas de cristales colgantes que juegan con la luz desprendiendo reflejos irisados o dejando oír el sonido de los aparatos de radio con noticias de lejanos lugares e intereses y sonidos atrayentes de música que termina por hacerse conocida, «a beber, a beber y a apurar las copas de licor, que el vino nos hará olvidar las penas del amor...».
El cable eléctrico discurre por la fachada de las casas dejando incrustados en las esquinas unos platos esmaltados que protegen y proyectan sobre el empedrado y las paredes la luz mortecina de lámparas incandescentes. Es el acontecimiento esperado cada tarde y su aparición despierta un murmullo general de aprobación. A veces, un apagón momentáneo provoca un «¡oooooh!» de decepción; entonces, la chiquillería entona una frase consabida a ritmo cansino: «Robustiano arriba, Robustiano arriba...» mientra celebra la lenta vuelta luminosa.

José y yo sabemos que la Zaragutía no existe pero nos aseguran que todavía sigue saliendo la marimanta. Por eso, antes de hacerse de noche es el momento de cesar los juegos, de volver a casa, de recogernos; pero ese lapso impreciso del atardecer ha inducido muchas veces a errores de concierto. Ahora es Robustiano con su motor el que señala precisamente ese momento: «cuando se enciendan las luces».

9 comentarios:

  1. Este acontecimiento de la llegada de la luz eléctrica al pueblo, me gusta mucho que lo presente con referencias a la "no luz", a la prematura noche del pasado.
    Ambas descripciones tienen en común el asombro y la fantasía.
    La oscuridad, hacía creíbles los cuentos infantiles, que mantiene la tradición oral, poblados de seres fantásticos que atemorizan a los niños que no duermen.
    Y, para los adultos,la oscuridad era cómplice de lo prohibido, de pasiones que no podían salir a la luz del día.
    "Cuando se encienden las luces"... es el encuento con la tecnología que, aunque rudimentaria, causa revuelo y asombro, en niños y mayores, por las posibilidades que aporta.La luz eléctrica es el reloj que da la hora exacta de la noche; la hora de que los niños dejen sus juegos y vuelvan a casa.
    Oscuridad y luz, espacios opuestos, pero en cada uno aparecen la fantasía y el asombro de la que son capaces los seres humanos.

    Esto es lo que yo percibo en su relato y lo que me hace calificarlo de BUENO.

    Saludos
    ^^^^

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  2. Voy a tratar los aspectos formales de este relato. Lo hago aparte para que usted, una vez leídas mis objeciones, y hacer de ellas lo que le convenga, pueda borrar este comentario. Me gustaría poder decirle estas cosas en privado, pero como no hay forma,lo hago aquí.

    Veamos:Opino que es necesario revisar la redacción con detenimiento; hay errores de sintaxis; incorrecta puntuación, y confusión en el empleo de tiempos verbales(pasado y presente).Señalar todas las que yo creo incorrecciones, resultaría farragoso; pero le indicaré algunas:

    -Pasado y presente:
    Los 5 primeros párrafos, creo que deberían escribirse en pasado, puesto que el narrador relata lo que pasaba "antes de la llegada de la luz. Por tanto:todos los verbos en pasado("era imperiosa";lo que había que hacer, se hacia de día; la noche era...etc.
    2º párrafo: "nos alumbrábamos", "era más costoso", "se obstruía", etc.
    3º párrafo: "eran luces"..."producían movimiento de sombras, como fantasmas que acechaban";"inducían a los niños a que se durmieran":
    5º párrafo: "De lo que no cabía duda" "era de que"...

    Y después comienza a explicar en tiempo presente:"Desde hace un año"...(así está bien. Marcando el antes y el ahora).

    También tengo anotadas que sobran algunas "a":
    "¿Por qué A la gente mayor se ríe?"...
    "Alumbraba A...( sobran las "a"):alumbraba estampas de santos, o la vitrina, etc. porque estas cosas alumbradas son "complemento directo",y el verbo alumbrar es transitivo; no necesita preposición entre el verbo y el objeto.

    Disculpe si le resulta pesado todo esto; la gramática siempre es árida. Tome estas objeciones amistosamente y, le ruego que después borre este comentario; no lo considero apropiado en un blog, pero notengo otro medio para decírselo.

    Saludos
    ^^^^

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  3. Este capítulo me gustó también.

    La mezcla de oscuridad y luz, de sobrenatural y terrenal en el texto me parece apropiado. Pero, creo, que las descripciones entre los distintos utensilios con los que alumbrarse antes de la llegada de la luz eléctrica, por demasiado minuciosas, son monótonas e innecesarias.

    A destacar la Zaragutía como espina dorsal de todo el texto. Me encantó.

    Un saludo.
    X

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  4. Solo admites elogios a tus escritos......y censuras otros.

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  5. No sé qué manía le entro contra Luis. Lo que dice no es cierto.

    ¿No cree que todos tenemos edad para vivir el presente y dejar envidias y rencores en el pasado (sean las que sean)?

    Anónimo, disfrute del hoy.

    Un saludo.

    X

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  6. Respuesta a X:
    Estoy de acuerdo contigo en que la excesiva descripción de los aparatos de luz, era innecesaria. No me atreví a decirlo porque ya hacía varias objeciones y pensé que alguien lo haría notar.

    Pero no me parece que la Zaragutía sea "la espina dorsal de este capítulo.Ese pasaje es bonito por lo que tiene de fantástico y de juego entre adultos y niños. Incluso creo que se podría mejorar la forma de contarlo(me refiero a las acotaciones entre guiones.¿Cómo lo ves tú?.Temoque mis comentarios sean demasiado críticos.

    Para mí, lo principal de este capítulo, es ese "milagro" de la llegada de la luz eléctrica,con ese artefacto rudimentario, que llenó de asombro al pueblo.

    Un placer compartir opinión contigo.
    Y...una curiosidad, si se puede responder:
    ¿Eres realmente anónimo?. Hay algo que me dice que conoces al autor. Simple intuición.

    Saludos.
    ^^^^

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  7. Respuesta:
    Anónimo dijo...
    "Solo admites elogios a tus escritos......y censuras otros".

    No sé si es correcto que yo responda, pero lo hago para decirle a este anónimo que mi comentario lleno de objeciones, no ha sido borrado, a pesar de que yo solicité que se hiciera.Y no creo que sean elogios.

    Saludos
    ^^^^

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  8. ^^^^, no había vuelto a entrar en este hilo y no te puede contestar antes.
    "Para mí, lo principal de este capítulo, es ese "milagro" de la llegada de la luz eléctrica,con ese artefacto rudimentario, que llenó de asombro al pueblo".
    Siendo tan importante lo que mencionas en el relato, sigo quedándome con "La Zaragutía". ¿Por qué? Porque, para mí, es lo que hace de él diferente a otros. La llegada de la luz eléctrica, la del automóvil, del tren...y el asombro del pueblo ha sido narrado en múltiples ocasiones. Trasladar esta llegada al "corazón" del pueblo, establecer paralelismos con miedos o sentimientos tan bien plasmados, que yo recuerde, es la primera vez que lo leo.

    Nos aproximamos...pero nunca llegamos a coincidir en nuestra lectura y su valoración. Esto está bien, es lo que forma la tertulia.

    Segunda pregunta:
    "¿Eres realmente anónimo?. Hay algo que me dice que conoces al autor. Simple intuición."
    Si conocer al autor es hacerlo por lo que "dicen" sus escritos. Lo conozco. Si es fisicamente o por "confesiones" que él me haya hecho de su vida o de sus ideas. En absoluto.

    Conozoco al autor unicamente por lo que ha escrito, no sé "su realidad interior", aunque a decir verdad me intriga si él está en sus relatos o solo es ficción literaria (ideas, puntos de vista y personajes).

    Un saludo`.

    X

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  9. Hola X. Gracias por responder.En cuanto al autor,te ocurre como a mí: le "conocemos" a través de sus palabras.Me pareció que a algunos de tus comentarios les faltaba objetividad y pensé que era debido a una previa amistad.

    Está bien tener divergencias sobre algunos textos.En realidad, no son tales, sino preferencias.
    Ya dije que me gustó lo que la oscuridad suponía para niños y adultos, pero el acontecimiento aquí es la luz eléctrica.

    Saludos.
    ^^^^

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